En Niños y Adolescentes

 

Los niños pueden empezar a consumir carnes blancas como la de conejo y la de pollo a partir de los 6-7 meses de edad. Unos meses más tarde, entre los 8-9, se puede introducir la ternera y hacia el año o año y medio se incluyen el resto de carnes. Incluircarne de conejo en la alimentación de la población infantil es muy saludable puesto que los niños se encuentran en una etapa de la vida en la que sus requerimientos nutricionales se ven aumentados, dado el crecimiento y desarrollo que su organismo experimenta.

Es una excelente fuente de proteínas de buena calidad y además, el consumo de carne de conejo va a suponer una importante fuente de minerales como el fósforo, imprescindible en la mineralización ósea; hierro, necesario debido al rápido crecimiento que se asocia a un aumento en la síntesis de hemoglobina y, por tanto, existe un aumento de las necesidades de este mineral; y zinc, fundamental para el desarrollo y el crecimiento, así como el buen funcionamiento del sistema inmune.

Por otro lado, no debemos olvidar que, debido al bajo contenido en colágeno, la carne de conejo es de fácil digestibilidad, por lo que resulta muy adecuada para los niños.

En el caso de los adolescentes, la carne de conejo puede contribuir a cubrir la ingesta recomendada de proteínas, vitaminas del grupo B y minerales.

En esta etapa, las proteínas de la dieta deben aportarse en cantidad suficiente para asegurar un crecimiento adecuado, aumentando las recomendaciones. Asimismo, es importante el aporte de hierro debido al aumento del volumen de sangre y por la mayor concentración de hemoglobina que se produce por la maduración sexual en el caso de los varones, y por las pérdidas menstruales en el caso de las mujeres. También el zinc, puesto que se encuentra directamente relacionado con la síntesis de proteínas y por tanto con la formación de tejidos, es especialmente importante en la adolescencia. El déficit crónico puede causar hipogonadismo (pequeño tamaño de órganos reproductores) y retraso en la maduración sexual.

Durante la pubertad se suceden importantes cambios físicos y psicológicos, en los que es fundamental una adecuada nutrición que garantice tanto el crecimiento como los cambios en la composición corporal típicos de esta etapa.

 

Carne de conejo y población adulta

En la edad  adulta se recomienda seguir las pautas  de una alimentación variada y equilibrada, donde tengan cabida todos los alimentos pero cuidando la frecuencia y la cantidad de consumo de los mismos. Una buena alimentación es una de las claves para conservar una buena salud ya que ésta influye notablemente en el correcto funcionamiento del organismo. La distribución energética será del 50-60 % del valor calórico total para los hidratos de carbono, 10-15 % para las proteínas y 30-35 % para los lípidos, el colesterol total no debe superar los 300 mg al día. El aporte de fibra es también muy importante, las recomendaciones varían entre 25-30 g de fibra diaria.

Además, es necesaria la práctica de ejercicio físico de manera regular, una frecuencia de 4-6 veces/semana durante 30-60 minutos es lo más recomendado. La ingesta calórica debe ser proporcionada a la actividad física realizada, dado que una ingesta elevada acompañada de una mínima actividad física, promueve el aumento de peso.

Por otro lado, hay que tener en cuenta que la mayoría de la población adulta trabaja, siendo la carne de conejo, una carne muy a tener en cuenta en este tipo de población. 

La carne de conejo tiene un bajo valor energético debido a que es una carne magra (únicamente contiene un 5 % de grasa), sin embargo contiene proteínas de elevado valor biológico que aportan todos los aminoácidos esenciales. Uno de estos aminoácidos es el triptófano, precursor de la serotonina, implicada en el estado anímico y la vitalidad de las personas.

La relación energía/proteína de la carne de conejo la convierte en un alimento con alta densidad nutricional, por lo tanto,muy adecuado para incluirlo en la alimentación diaria de todas las personas y, en especial, de las personas que comen fuera del hogar. Su fácil digestibilidad (por ser tierna, pobre en colágeno y magra) es otro de factor por el que se recomienda su inclusión en la alimentación diaria.